Llevaba un vestido de lana
en el atardecer de mayo,
íbamos despacio al lado
uno del otro casi sin hablar,
no era necesario, no hacia falta;
no le hace falta luz al alba ,
ni crecer a la hierba su tallo,
todo era uno en cuerpo y alma,
la mente llana y el corazón plano.
Era solo una compañía que se ama,
nada hace falta, salió de un parto,
no he sentido como eso nada
que se le parezca, la sangre llama.
Recuerdo aquellos días con calma,
con todos los sentidos de mi amor
que se amansaban en su regazo ,
dos personas, dos seres, dos manos
unidas como en el mar dos barcas
que navegan en el mar bravo,
que se ayudan, que se salvan,
como el agua que va al lago,
como el sol que acaricia la mañana.
11-01-1.921 + 29-12-2.008.
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