jueves, 19 de mayo de 2016

Relato Breve: LEAL.

Corría delante de mí pareciendo que huía , pero al mismo tiempo volviéndose y
haciéndose el remolón cuando veía que se distanciaba , meneando la cola
constantemente para animarme a seguirle. Pareciera que me sacara de paseo y no al
contrario.
Mi edad no era para gastar las energías que aún me quedaban en paseos excesivos, la
artritis me mordía las articulaciones y tenía que dosificar los esfuerzos.
Cuando llegaba la hora venía a buscarme y me miraba de frente esperando un gesto,
salía a la calle respirando el aire con fruición y animándome a caminar. Era mi
compañero que definitivamente me sacaba de paseo y alargaba mi , ya menguada,
agilidad.
Me ponía a leer y se colocaba a mis pies apoyando su cabeza en las patas delanteras,
mirándome de vez en cuando , sus ojos almendrados brillaban con inteligencia. Con él
nunca me sentí solo.
Cuando me acostaba se echaba al lado de la cama, encima de la alfombra y estaba
toda la noche junto a mí, por la mañana se acercaba y pedía caricias que eran una
terapia para mis deformadas manos , el calor de su cuerpo y la tersura de su pelo me
aliviaban con una sensación de bienestar y vida.




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