Cuando miro tus ojos
y tú miras los míos,
veo un manantial puro
que brilla, al fondo limpio,
y me sumerjo en tu mirada
que me llena de gracia.
No he visto unos ojos jamás
tan brillantes, tan cristalinos.
Mirada pura como la tuya
que me susurra ternura,
tan inocente, no la vi nunca.
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