jueves, 2 de junio de 2016

Mendigo de abrazos.



Existen una clase de abrazos en los que se da una transmisión de energía, que fluye una sensación de abandono y recarga de todos los sentidos que hacen suspirar de sensibilidad. Recuerdan los abrazos que de niño daba a mi madre, que consideraba normales y que a la edad de adulto tan poco se producen.
Estos abrazos se originan por generación espontánea, no tienen por qué ser a personas a las que amas, ni tan siquiera amigas.
Hablo desde lo que me ha sucedido a mí, no sé otras personas la experiencia que tengan . En los breves instantes de unión son dos almas gemelas que vuelan conjuntamente en una comunión única de cesión mutua.
Yo tengo presentes solamente tres abrazos que puedo equiparar al descrito. En mi mente están muy vivos y cada vez que los recuerdo renace esa sensación que me produjeron y respiro profundamente para rejuvenecer. Se sostiene mi fe en el prójimo a pesar de todo.
Agradecimiento, alegría , dolor, apoyo , despedida, reconocimiento , amistad, amor. Todos estos sentimientos pueden ser el origen de ese milagro.
Yo necesito un abrazo para seguir , no me basta recordar , quiero vivir otro abrazo de verdad que me llene los sentidos y que recargue mi sensibilidad.
Necesito un abrazo para dar y recibir la energía que me permita percibir que estoy vivo por dentro y que tengo algo que ofrecer.

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