Valle de los Pedroches,
en mi mente escondido
este lugar tan querido.
Añora, Dos Torres,
El Viso, Pozoblanco,
El Guijo, Torrecampo
y los demás pueblos.
Recordar me empeño,
más no tengo recuerdo.
Nacido y nunca vivido,
pero siempre añorado
desde un lugar distinto.
Estoy con el pueblo
invadido de Ucrania.
Pisar agresivo el suelo
con la bota otra patria,
hacer del día un duelo
en un país ajeno,
es una gran infamia.
Virgen de Veredas
te llevo en la cartera
cerca del corazón,
tu rostro de amor
llena toda la tierra.
Patrona del pueblo,
tu manto cobija
y tu estrella brilla.
Madre de Torrecampo,
el arroyo Guadamora,
te guarda, Señora.
El primero de Mayo
todos en tu ermita
postrados te adoran.
Hoy es el día del padre. Ahora solo soy padre, hace algunos años era padre e hijo. Estoy orgullosos de mis hijos y de ser su padre, pero añoro ser hijo... aún echo de menos a mi padre.
En ese momento, cuando me felicitan y me besan mis hijos, siento que yo lo estoy felicitando a él.
Es el retroceso del pensamiento, la unión de la cadena de la vida.
¡Feliz día, padre!
-¿Cómo estás, libertad?
-Tuve mejores tiempos.
-¿Y tú, Justicia?
-No tengo el fiel de la balanza ajustado.
-¿Quién te lo va a ajustar?
- El mismo que te deje a ti librepensamiento, me dará a mi equidad.
Siento tu corazón
en mi corazón,
que me da amor .
La esperanza en tu mirada,
que me da confianza.
La razón en tu pensamiento,
que es mi convicción.
La creencia en tu palabra,
que es mi firmeza.
Siento el perfume
de la flor que nació
hace cien años.
Hortensia es la flor,
Hortensia, tu nombre.
Mi primera mirada
fue tu rostro sonriente.
Mi primer sonido,
tu palabra en mi mente.
Mi primera sensación,
el contacto de tu piel caliente.
Mi primera caricia,
tu mirada amorosa y fiel.
Mi primera palabra,
lo que eres para mí: madre.
El aliento ha cesado
esta mañana.
En este tiempo
el sentimiento
se ha plasmado
en despedida.
En el campo
no ha sonado
ninguna ovación.
Sólo un silencio
sin medida.
En la garganta,
un nudo
y en el corazón,
un agradecimiento.
Adiós, Messi.
¡Qué seas feliz!
Ha llegado la Navidad
y se renueva la vida,
las esperanzas se liman,
el corazón palpita
nuevas esperanzas,
proclaman alabanzas
en el mundo y viven
de nuevo el nacimiento.
Suspiran las almas
con el pensamiento,
para volver a nacer
con el niño de Belén.
Amo los amaneceres,
odio los atardeceres,
el amanecer me da vida
pensando en ti, amiga.
Al anochecer, dormida,
desapareces de mi vista.
El mejor de los placeres
para mi soledad eres.
Al alba tus mejillas
despiertan con colores.
¡Adoro tus arreboles!
No me distraigas
de mi destino,
voy por mi camino
buscando un alma
que me bendiga.
¿Las voces que llaman
son mis amigas,
son los que me guían?
¿Me extravían?
Voy solo cuál mendigo
en busca de una brizna
de calor y abrigo.
