Suenan los villancicos
en las radios españolas,
y en las casas bien bonitos
los belenes afloran.
Se siente una alegría
que cada año se renueva
y hasta el amor brilla
entre los que lo ignoran.
Sonríen los chicos,
la gente alborota,
todos, pobres y ricos
la suerte añoran.
La niebla se asoma
temprano por la mañana,
no se ve el panorama,
el paisaje llora
esperando el momento
que los pastores imploran:
el
sublime nacimiento