martes, 18 de diciembre de 2018

Navidad 2018


                 Suenan los villancicos
                 en las radios españolas,  
                 y en las casas bien bonitos
                 los belenes afloran.
                 Se siente una alegría
                 que cada año se renueva
                 y hasta el amor brilla
                 entre los que lo ignoran.
                 Sonríen los chicos,
                 la gente alborota,                
                 todos, pobres y ricos
                 la suerte añoran.
                 La niebla  se asoma
                 temprano por la mañana,
                 no se ve el panorama,
                 el paisaje llora
                 esperando el momento
                 que los pastores imploran:
                 el sublime nacimiento
                del que entre nosotros mora.

Belén hecho de madera de olivo de Palestina.




El ascensor.


  
El trasiego de la vida te mete en un torbellino que gira y gira sin  darte cuenta, las escaleras y ascensor de la casa de vecinos no paran  de albergar subidas y bajadas  de unos y otros, todos envueltos en la dinámica de su día a día, sin parar, sin pensar nada más que en su mundo pequeño, pero grande  para cada uno, pues es el que  has  creado y lo tienes que defender para la supervivencia de sus habitantes.

La pista es pequeña y debes girar sin chocar, así un día y otro. La ocupación diaria, el anhelo cotidiano, la  expectación  continua, la dedicación permanente. La mente está ocupada en hacer y tal vez poco en sentir, en cumplir las tareas y no en el desarrollo  personal.

Todo termina un día, el tiempo ha pasado, la ocupación diaria ha cesado , los anhelos… unos se cumplieron, otros tuviste que desecharlos, otros la vida  se encargó de robártelos.

El torbellino amaina y la dinámica se ralentiza y tropiezas con la realidad devenida del pasado  y esperando un futuro desconocido.                                                                                                                                                                                                                                                                            

domingo, 28 de octubre de 2018

Así es.



Como el sonido del viento,
como la luz del pensamiento,
como la pisada del peregrino,
como la mirada del niño,
como la melodía del sonido,
como la paciencia del bendito,
como la sabiduría del simple,
como lo espontaneo del verso libre
como la sencillez del sabio,
como el canto del canario,
como la historia del anciano
como la cadencia  del piano,
como el esplendor de la mañana,
como el viento azotando la ventana,
como la nostalgia del otoño,
como el crecimiento de un retoño
como la mirada limpia del bebe,
como cuando paga el que debe,
como la lagrima del bendecido,
como la gratitud  del redimido
como la sonrisa del contento,
como el silencio de un lamento
como la emoción de un abrazo,
como la alegría de un hallazgo, 
como el arrojo del valiente,
como la dulzura de un durmiente,
como el olor del espliego,
como el calor del fuego,
como la sombra del sol,
como tú y como yo,
como es nuestro amor.

  

martes, 25 de septiembre de 2018

Soneto a Peñíscola.



Me enamoré de ti cuando te vi,
piedra, cal y mar en tus entrañas,
amalgama de historia en buena lid,
orgullo y ejemplo de España.

Valencia en la ficción con el Cid
con su conquista como hazaña,
venció a Yusuf en los años mil
en una legendaria campaña.

El castillo de Benedicto XIII,
que no fue un papa espontáneo
y por eso se mantuvo en sus trece.

En el centro del Mediterráneo
un peñón audaz que el mar mece,
con el afán diario su alma crece.

domingo, 15 de abril de 2018

Mi blog



Hace tiempo que no he venido,
pero nunca te he olvidado,
no pienses que te he traicionado, 
espérame solo te pido...,

que en poco tiempo contigo
pasaré mucho más rato,
cuando pase este abismo 
de acontecimientos raros

y se llenen los días de tino
en abundancia entre las manos
para apaciguar el ánimo 
y tener el aliento tranquilo.

Recortaré  y pegaré lo vivido,
te diré lo que a todos  callo,
para que me aconsejes con tino
con tu silencio cálido.

No te mentiré en vano
ni pretenderé ser divino 
porque tú estás en blanco
y te llenas con lo que escribo.

El sendero más andado ,
el más vivificante pergamino,
el confidente más amado,
el más sincero y sentido.

No te preocupes si ves que tardo
porque tu eres el amigo
que me ha puesto el destino, 
al que cuando  necesito llamo
durante este largo camino.