viernes, 8 de diciembre de 2017
Poema a Setenil.
Las piedra que habitas
abrazan el cielo,
el aire que respiras
acaricia tu pueblo.
El cielo eleva
tu luz al firmamento,
te aisla un momento
de la diaria pena
que agacha en cadena
el alma a diario,
pero tu condenas
desde el miliario
el llanto en canción,
el quehacer en amor,
el hastío en pasión
para mitigar el dolor.
El corazón de la guitarra
grita las ganas de vivir
que el silencio desgarra
y la alegría hace fluir.
Piedra de hogar
que arropa la vida,
firmeza de fiar
en mi casa construida.
Te contemplo erguida
en el templo central,
toda la vida sufrida
para la mía cuidar.
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