En un momento de la
vida
la existencia
trasciende,
tu imagen se adivina
en el tiempo
presente.
Sientes que te
emociona
la espera que cada
día crece,
la mies sustento
proporciona
así la materia no
perece,
pero el espíritu se
alimenta
de la naturaleza que
viene,
del acontecer que
esperas.
De conocer tienes
ganas
lo que todavía no
tienes,
pero que con el
alma amas.
Puedes tocar su
envoltura,
notar sin verlo su
presencia,
saber la mezcla de
su esencia
y esperas disfrutar
con locura.
Cuando ves el fruto
del milagro,
ese hermoso y
pequeño presente,
crees que la vida es
un regalo
y que no hay más
alegría patente.
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