Angel de la Luz abre tus puertas,
déjalas para sus ojos abiertas
y que la vida fluya suelta
en el margen infinito cubierta.
La montaña está cerca del cielo
perfumada por el olor a romero
y tus ojos no quieren mirar con miedo
el amanecer de las mañanas de enero.
Alégrate, mi niña, mira y no llores
que la primavera vendrá con sus flores
y tus ojos verán todos los colores
chispeantes de pureza y de amores.
Se encargará el Angel de la Luz
de llenar el trémulo altar al trasluz
para rescatar tu mirada de la cruz
y llevarla al cielo puro de la plenitud.
Tu mirada plena de policromías
pinta tus ojos de fantasías
en una explosión de sinfonías
de un futuro salpicado de alegrías
Ven, mi amor, que yo te ame
y entre mis brazos te calme,
deja que a tu emoción llame
y en tu alma mi amor se derrame.
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