jueves, 20 de agosto de 2015

Me doy cuenta que el tiempo pasa.

Me doy cuenta que el tiempo pasa
y la luz se va nublando en mis ojos
mostrándome tu rostro más añoso
y más arrugado que una pasa.

Me doy cuenta que es mi percepción
porque sé que tu rostro hermoso
no ha cambiado tan de sopetón,
sin duda, son mis ojos borrosos.

Me doy cuenta que tu limpia mirada
ha dejado de parecerme tan brillante,
debo confesarte la verdad humillante:
cuando te miro, ya no veo casi nada.

Me doy cuenta y es irritante, te lo digo,
que cuánto me dices cuando me hablas
como en una tinaja estoy y no te oigo,
tengo en el oído un tapón o una tabla.

Me doy cuenta que tu voz cristalina
la oigo lejana, metida en una caracola,
pero no pases pena tu voz me anima
y me pone alegre, ya ves, me mola.

Me doy cuenta que no me saben igual
los besos que tú, mi amada, me das,
pero sé que no es porque beses mal,
si no porque he perdido sensibilidad.

Me doy cuenta, cuando estás a mi lado,
tu fresco perfume lo noto de otra manera,
menos intenso,lleno de aire, más alejado,
¿puede ser culpa de mi nariz moquera?

Me doy cuenta que cuando toco tu piel
mis manos por momentos me tiemblan,
no es por emoción,ni estoy como un flan,
son los achaques que mi cuerpo destempla.

Me doy cuenta que me falla la proporción,
tenías y tienes un bonito culito de fresa,
pero tengo que confesarte con desazón
que ahora me parece como una mesa.

Esta pesadilla de mi edad es insufrible,
todo ha cambiado a mal en un santiamén,
el tiempo pasa y es una cosa tan terrible
que el final del partido me hace temer.

No sé si podré, esta vez, comprar al árbitro,
intentarlo por todos los medios debo hacer
porque este partido lo dan en abierto
y aunque descafeinado no me lo quiero perder.

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